Ley de Correspondencia: Maneja tus problemas en favor de tu futuro

"Como es arriba, es abajo": la correspondencia es un elemento esencial para comprender la energía vital. Este concepto preciso está ligado a un elemento esencial de las antiguas tablillas egipcias, ya que formaba parte de los rituales de momificación. Su representación dentro de la estructura energética es el chakra ámbar o celeste, situado entre la espalda y el corazón.

Los arqueólogos descubrieron tablillas de ofrendas para las siete esencias sagradas utilizadas por los faraones en el antiguo Egipto. Halladas en Saqqara en dos tumbas del Antiguo Reino, hechas del mejor alabastro, los nombres de las siete esencias sagradas estaban inscritos en jeroglíficos en estas tablillas, cada una de ellas escrita sobre siete pequeñas cavidades destinadas a contener cada esencia. Estas esencias eran utilizadas por sacerdotes y sacerdotisas en los servicios diarios de los templos para rituales de purificación y otras ceremonias, así como en la vida cotidiana del pueblo egipcio. Las esencias sagradas encarnan la antigua sabiduría de la escuela egipcia de curación y ayudan a lograr el equilibrio entre el cuerpo, la mente y el espíritu.

El sentido de la correspondencia, cuyas expresiones son tan universales como la ley de la gravedad, nos enseña que la naturaleza está siempre en equilibrio o tiende hacia él. Cada acción o pensamiento deja una huella que suma o resta en la balanza de Osiris. Es esta balanza donde tu corazón se ofrece en un lado, mientras que una pluma descansa en el otro.

Esta ficha intenta resumir y simplificar el aspecto de este principio hermético para comprender el funcionamiento del destino y los pasos que debemos dar hacia la realidad que nos ha sido asignada. La función del destino es mostrarnos el camino que nos llevará a cumplir la misión que se nos ha encomendado dentro del río de la vida. Es útil para orientarnos cuando nos sentimos abrumados por las dificultades o perdidos tras el velo de la conciencia, inseguros de lo que nos depara el futuro. La correspondencia nos ayuda a comprender que cada dificultad es una lección porque la conciencia universal quiere lo mejor para nosotros, por eso surgen momentos de aprendizaje.

Este principio se refiere a la similitud o resonancia entre los diferentes planos vibratorios del universo. Las mismas leyes que rigen lo denso actúan sobre lo sutil y viceversa. El principio de correspondencia opera agrupando lo semejante con lo semejante mediante la sintonización de frecuencias vibratorias y explica la relación constante entre los acontecimientos internos y externos. Existe una influencia recíproca entre los seres humanos y la naturaleza, y entre nuestro mundo interior y nuestra realidad material. Al actuar sobre nuestra realidad externa, influimos en nuestro mundo interno y viceversa.

Esto explica por qué las consecuencias de nuestros actos se producen para compensar y equilibrar las cosas buenas o malas que nos suceden a diario, como un efecto mariposa que sale y vuelve con un ritmo y una frecuencia dentro del eco energético del universo circundante. Sin embargo, el péndulo de la compensación es sólo una señal en el camino del destino, como sabiamente nos prepara la mente universal.

Es esencial comprender que nada te será dado sin que antes compenses lo que vas a recibir. En otras palabras, el destino es el camino, y la compensación es el peaje por recorrerlo, por pasar de un estado o situación a otro. Una vez que has aprendido, debes soltar para avanzar. Esto ocurre cuando tu mente es consciente de cuándo dar el paso y cuál será el coste. Es decir, el primer paso para progresar es comprender que todo tiene un precio, y cuanto más grande es el sueño, más debes contribuir a la energía universal para conseguirlo.

Las riquezas no son sólo materiales; los lujos son recompensas, pues como la mano de Carlomagno, quedará vacía cuando ya no tenga fuerza para sostenerla o como el tesoro del rey Salomón. Pero el esfuerzo en una tarea que te entusiasma: ésa puede ser la compensación de tu éxito. Levantarte temprano para correr cuando quieres ser el mejor atleta del mundo o simplemente educar tu mente cuando quieres aprender más son ejemplos del equilibrio positivo de la balanza. Si el destino te ha dado poco, y tú has sido fiel y has añadido riqueza a lo que se te ha confiado, la energía te dará más. Pero si sólo te quejas sin un propósito o una meta definida, fuiste tacaño y perezoso con lo que se te dio, y así te será quitado.

Ofrecerse al destino y ser consciente de que cada dificultad presente es una lección que anuncia que vendrán más problemas es la clave. Si has resuelto uno pequeño y no has dejado que crezca en tu interior, agobiando tu corazón, cuando te enfrentes a los verdaderos retos de tu vida, la balanza se inclinará siempre hacia la pluma y pasarás la prueba.

La mejor ofrenda que puedes hacerle al destino es mantener la balanza a tu favor. Este sentido interno de equidad se consigue dejando de lado las suposiciones que rodean tus pensamientos cuando un problema no deja de dar vueltas en tu conciencia. Este estado de alerta constante desgasta el cuerpo y nos enferma, ya que desencadena el instinto de defensa primitivo, razón por la que a menudo estamos irritables y reaccionamos violentamente ante el menor desacuerdo.

La mente consciente basa su análisis en las experiencias almacenadas en las sinapsis mentales. Los humanos tendemos a reprimir los malos momentos y a guardarlos dentro como sentimientos de vulnerabilidad o de ser atacados. Así, cuando surge un problema, simple o complejo, la mente busca esas sinapsis mentales. El estado de alerta primitivo, desencadenado por el sentimiento de vulnerabilidad, nubla el paisaje real y corta la conexión energética con la sabiduría eterna del universo.