La presencia de los ángeles es tu vida

La anergia cósmica tiene muchas formas de manifestarse, conocemos su presencia dentro de la capacidad interpretable dentro los sentidos y conforme a las concepciones culturales sobre los cuales afianzamos nuestra interpretación de las formas que se nos presentan. 

Dentro de distintas culturas existen representaciones culturales de las mismas formas energéticas que podemos interpretar dentro de las principales concepciones religiosas, aceptan la idea de estos seres como intermediarios entre la espiritualidad y la humanidad, describe el libro Ángeles para principiantes, de Richard Webster.

La imagen que de forma generalizadas podemos conocer, pertenece a una iconografía católica que deviene del recentismo al transformar con las figuras griegas y romanas, a imágenes principalmente se mencionan que, en Grecia, dos figuras aladas inspiraron a los ángeles en el arte: Eros y Niké. En la mitología, Eros (quien también es conocido como Cupido) es el hijo de Afrodita y el dios del amor. En el arte del periodo clásico (510 a.C.-323 a.C.), Eros era representado como un adolescente con grandes alas.

Los artistas medievales adoptaron la interpretación bizantina de los ángeles, incorporándolos en sus pinturas con fondos dorados. Estos entes alados suelen aparecer volando en el fondo de escenas protagonizadas por figuras sagradas, como la Virgen María y Jesucristo en La Virgen y El niño con ángeles de Pietro di Domenico da Montepulciano.

Es decir que la imagen generalizada de los ángeles proviene del arte, más que una descripción de su verdadera presencia, ya que las imágenes dentro de la dimensión de vibración son difíciles de explicar o de representar en una hoja, ya que con los medios limitados de los que poseemos, es difícil representar una presencia divina. 

Ahora es innegable la capacidad en la que las representación divinas se presentan dentro de nuestra realidad, es decir que no tendrías la inspiración o el conocimiento de la presencia de los ángeles dentro de las condiciones necesarias. Es decir que la iconografía y los relatos dan cuenta de los hechos en los cuáles se han presentado ante nosotros ya que de no existir la representación tampoco existiría el hecho que lo inspiro. 

La presencia de los ángeles entre nosotros, entonces es una relación reciproca energética, en donde su influencia como guardianes, mensajeros o intercesores ante la conciencia divina omnipotente, siempre ha estado presente dentro de cada aspecto de la vida sin que podamos percibirlo de  una forma tangible. Desde el inicio de nuestra existencia terrena se nos ha encomendado la guarda y cuidado del ángel de la guarda, ángel guardián o luz de protección. 

El fravashi es el término avéstico para el concepto zoroástrico de espíritu personal de un individuo, ya sea muerto, vivo o aún no nacido. El Jabad cree que la gente podría tener ángeles guardianes. Para el Jabad, Dios vela por las personas y toma decisiones directamente con sus oraciones y es en este contexto que los ángeles guardianes son enviados de un lado a otro como emisarios para ayudar en esta tarea. En el cristianismo de la edad media, a las mujeres embarazadas y a los recién nacidos se les entregaban amuletos de texto con los nombres de los ángeles Senoi, Sansenoi y Semangelof.  Se suponía que estos ángeles protegerían a las mujeres embarazadas y a los niños recién nacidos de Lilith. Esto se remonta a la historia de Lilith, en la que Dios envía tres ángeles para traer a Lilith de regreso a Adán. 

El ángel de la guarda es uno y todos al mismo tiempo, pues la misión de este ángel es advertirte, orientarte en tus dediciones y ser el intercesor entre los demás ángeles como Miguel o Rafael. La impresionante presencia de este ángel en nuestra vida implica además la presencia constante de Dios en nuestra vida.

Es menester acreditar la percepción de ENOCH de los vigilantes. Que son creación y creador al mismo tiempo, es decir que la presencia de la energía divina no se desprende de su creador, pero al mismo tiempo es una potencia independiente con una misión determinada. Es decir que el ángel de la guarda, en todas sus manifestaciones y ritos representa la presencia de la energía celestial todos los días de nuestra vida.

Es una energía distinta a la del alma, a pesar que provienen del mismo creador, nuestra alma es independiente y nos pertenece, ella regresa a Dios y se ilumina de la fuente de su creación, por ello se nos ha encargado a su custodia a un ángel que nos permite recargar la luz de nuestro interior, impidiendo que esa energía independiente se pierda dentro en el camino del destino y regrese a salvo del juicio del purgatorio.

El ángel de la guarda es el ángel que siempre está con nosotros, por ello el la energía celestial que se presenta siempre dentro de la intuición o percepciones directas dentro de nuestro cuerpo. Conectarse con tu ángel guardián es la forma más simple de iniciar un conducto energético permanente de benevolencia celestial, puesto que su presencia es la conexión directa con el todo, pues hace parte del todo. 

Iniciar una conexión con tu ángel guardián es muy simple, tan solo necesitas callar todo pensamiento negativo, donde tu mente se aparta de la realidad tangible la voz interna te espera y te habla siempre. Para ello puedes ayudar a tu cuerpo a liberar la energía y abrir el canal que te permite escuchar la voz interior. 

Un ritual puede ayudarte a liberar la mente de pensamientos y al cuerpo de estímulos, en la noche en la oscuridad toma un paño banco que cubra tu cabeza, la tela debe ser lo sufrientemente gruesa como para evitar el paso de luz. En un platón con agua fría vierte aceites esenciales de sándalo, con unas gotas vasta.

Siéntate en la oscuridad y pon el paño blanco, humedecido apenas, sobre tus ojos y concéntrate en tus pensamientos. Respira e imagina que cada pensamiento y situación está en una foto que se disuelve el agua, una por una vas a disolver el pensamiento en el mismo recipiente de agua.

Repite humedeciendo el paño, como si el paño absorbiera la foto y a limpias en el agua con sándalo, así tus pensamientos se silencian y poco a poco tus oídos van librando la presión que les has puesto al estar expuestos todo el ruido de la realidad. Y cuando te sientas listo, despejado deja el paño húmedo sobre tus ojos, silenciada tu mente y tranquilo tu cuerpo, experimentas las voz que viene de adentro pero es otro el que esta hablando. No respondas, no pienses, no te sorprendas, solo mantén la respiración de forma tranquila.

Pueda lo que escuches no sea lo quieras escuchar, pues el ángel de la guarda sabe todo sobre ti, ante el no tienes secretos, pues te conoce desque que tu alma hacia parte del todo. Pueda además que reflexione acerca de tus actos y tenga mucho que decirte. Siempre ha estado contigo y tiene la suficiente independencia para realizar un raciocinio por fuera de tus pensamientos y creencias. Pero escucha, escucha con atención, tu ángel siempre tiene la razón.